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PASAR AL CUADERNO
forestación a aquella actividad que se ocupa de estudiar, fomentar y de gestionar la práctica de las plantaciones, especialmente de los bosques, como lo que son, recursos naturales renovables.
Además, la forestación, es una actividad que se encuentra en íntima sintonía con la silvicultura, disciplina que se ocupa del cultivo de los bosques o montes, así como también de la tarea precisa de llevar a cabo tal cuestión. Básicamente, la silvicultura, se encarga de desarrollar un poco de aquellas técnicas que resultan ser las más convenientes de aplicar en las masas forestales con el objetivo de lograr a partir de las mismas una producción de bienes y de servicios que pueda hacer frente a las necesidades y demandas de una sociedad , bastante compleja en este sentido, siendo la continuidad a través del tiempo y el uso múltiple que la producción tendrá, los dos principios básicos que esta práctica deberá garantizar.
La actividad forestal más común es la plantación, renovación y tala de árboles maderables; por extensión, se conoce con este mismo nombre a los bosques artificiales destinados a su explotación maderera. Sin embargo, otra parte del trabajo forestal concierne al desarrollo de nuevas variedades arbóreas, al estudio de las existentes, a la investigación sanitaria y ecológica del medio ambiente y a otros aspectos menos directamente aplicados. Otro objetivo de la forestación es el desarrollo sustentable el cual consiste en sembrar árboles como el pino, sauce y otro tipo de árboles tales como los que dan frutos con el propósito de que por cada árbol que sea talado para el consumo humano otro ocupe su lugar y así no se acaben los recursos naturales, y detener el calentamiento global.
Reforestación. Se sabe con relativa certeza que en las laderas inclinadas de zonas muy lluviosas, el bosque natural inalterado da el máximo de cobertura a la haya hidrográfica y protege los recursos hidráulicos y de suelos. Las raíces de los árboles forestales son como esponjas que ceden agua gradualmente durante todo el año y así aseguran a los agricultores aguas abajo el caudal permanente de los ríos y una retención óptima de los nutrientes y del suelo. Datos de Africa oriental y de otras partes donde se han hecho estudios comparados en las hoyas hidrográficas montañosas por períodos relativamente largos, indican que los cultivos arbóreos perennes como el té, la palma de aceite, el caucho y la palma de coco, pueden ser casi tan eficaces como el bosque natural, siempre que se apliquen medidas de conservación de suelos como las terrazas.
Otro tanto cabe afirmar de las plantaciones de especies forestales de crecimiento rápido, si bien hay que tener cuidado de no plantar demasiado juntas algunas especies como el eucalipto y el álamo, que pueden eliminar con su sombra toda la vegetación baja.
La experiencia del mundo en desarrollo no confirma la creencia clásica de que la reforestación es necesaria para sanear las hoyas hidrográficas erosionadas. La reforestación puede ser sumamente cara (más de 1000 dólares por hectárea, a precios de 1981). Si el objetivo principal es restablecer la vegetación para proteger el suelo y regularizar el caudal de los ríos, puede resultar mucho más barato dejar que el terreno se vuelva a cubrir de vegetación espontánea, o reforzar la regeneración natural sembrando gramíneas, leguminosas o arbustos pequeños. Sobre todo en las zonas semiáridas, cubrir el suelo de gramíneas y arbustos pequeños para conservarlo es muy útil para lograr el máximo de retención de agua, porque la evapotraspiración de los árboles altos es superior a la de los pastos o los arbustos de copa baja. La reforestación puede limitarse a los barrancos, donde el riesgo de que se profundice la erosión si no se toman medidas es grave.
La estrategia para una reforestación que impida la erosión suele abarcar tres labores concomitantes:
· volver a cubrir de vegetación los terrenos denudados;
· producir leña, forraje y madera (para implementos agrícolas, cercas, construcción de casas, etc.), de especies convenientes y en cantidad suficiente, plantándolas alrededor de las casas o a poca distancia de los pueblos donde se utilizarán;
· mejorar los bosques naturales existentes (los que sirvan para la protección y la producción) y elaborar planes de manejo y reglamentos de corta.
Estos objetivos pueden alcanzarse mediante viveros de árboles, de gramíneas forrajeras, etc. La manera más económica de suministrar plantines consiste en establecer varios viveros transitorios en vez de unos pocos permanentes. Las plantaciones son necesarias para la conservación del suelo y para producir leña, forraje y madera comercial. Mejorando las cocinas se puede reducir el consumo de leña. Conviene colocar cercas alrededor de los terrenos forestales protegidos y mejorar los senderos y caminos de acceso. Los proyectos forestales de orientación social, que el Banco financia en las hoyas hidrográficas montañosas de países como Nepal y Filipinas, cumplen con estos requisitos. El de Filipinas es digno de mención porque introdujo la arboricultura como cultivo comercial.
Son tres los principales obstáculos que se oponen a la reforestación: la población local suele ser reacia a apoyar inversiones forestales a largo plazo (muchos programas forestales se caracterizan por sus incentivos y subsidios); suele no haber suficientes terrenos para la plantación de árboles, porque se necesitan con urgencia para la agricultura (lo que implica que quizás haya que plantarlos en los deslindes de los predios o alrededor de las casas), es difícil proteger los arbolitos del ramoneo y del fuego. Por ejemplo, en Níger los árboles plantados por un programa de bosques comunales se destruyeron rápidamente por el pastoreo, por no haberse consultado suficientemente a la población local y porque el programa de incentivos era insuficiente.
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